Camina por la selva sin entrometerte en el techo de tus emociones y sin sumar razones al latido. Camina por la ciudad sin poner límite a tu carácter y sin prejuzgar al caminante.
Piensa. ¿Acaso son la luna y el sol tan diferentes?
Yo camino entre los seres al mismo paso, pues en no encuentro el antagonismo entre unos y otros, más soy yo el que se siente observado. Si respondo, no escucharías la verdad. Respira el mismo aire tanto despierto como dormido, quizá sea una autopista de ríos.
lunes, 4 de enero de 2010
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