martes, 29 de diciembre de 2009

Una

Tú eres todo lo que tengo y tú eres todo lo que necesito, cada día rezo para saber si estas en paz con el vivir. Quiero estar cerca de ti, junto a ti. Estoy hambriento, tú eres como el agua para mi alma cuando estoy sediento.

Sin ti no existo.

Eres el aire que respiro cuando el mundo es tan oscuro que, simplemente, no puedo ver. Con todos ellos, los demonios nos rodean, arrastrándonos al abismo. Pero si creo, si amo, si te veo, seguiré sobre mis dos pies y nunca conseguirán que mi rodilla roce el suelo.

¿Qué es este sentimiento? Mi amor abrirá una brecha en el límite, traspasará el cielo y me entregaré a ti. Solo a ti.

Movimiento

El mundo se mueve al compás de tus voces, las voces que yo oigo al anochecer, tras el ocaso, cuando se dejan ver los espíritus sin rumbo que buscan el anonimato bajo las estrellas. Piensas que son ellos los que causan temor, huyes despavorida de algo que ni conoces. No llames al delincuente al inocente antes de haberle mirado a los ojos, antes de haber escuchado.

Pero tu voz no se aleja por mucho que corra hacía las montañas o porque las escale. Mas es tu voz quien debe guiarme en esta noche sin iluminar, una noche gélida, ni la luna salió a pasear. Ven aquí o desaparece.

Humano

Al fin dejo mi cuerpo descansar. Lo tumbo sobre la hierba en una mañana despejada, cerca de la arboleda del olvido. Atrás dejo los fríos causados por la incertidumbre de no cesar en el empeño de olvidar al habitante de mi profundo sentimiento. Intentaré despejar las nubes, pero que más puede hacer un simple cuerpo de carne y hueso, que más, si ni el cielo puede dejar atrás las tempestades. Una de las miles de eternas condenas a las que estoy atado desde el día que recibí el primer azote, y que perdurará incluso más allá del último sermón del sacerdote.

martes, 22 de diciembre de 2009

La montaña

Estoy sentando, quieto, casi sin moverme.

Son las miradas las que se unen en este cruce de caminos, tan complicado por culpa de unas señales puestas por nosotros mismos. Quizás, si me cruzara contigo, en una pradera, en un lugar muy alejado de los frondosos bosques de la montaña, quizás, fuera diferente. Pero allí es donde habito.

Se que podrás llegar, más yo te espero a mitad de la colina para llevarte en mis brazos. Tan solo he de lograr una igualdad igualitaria, ese pleonasmo que con gran dificultad conseguiré allegar. Llegaré. Llegaremos.

El ser y el humano

-Me preguntaba cuál sería el cauce de un río de siete metros de profundidad, 14 de ancho y seis kilometro de largo. La verdad es que no estoy muy seguro de si sería capaz de calcularlo. Para empezar, necesito medir la afluencia de agua desde un punto X hasta un punto X+Y. Creo que con poner un medido en la parte sur y otro en el norte será suficiente. ¿Me sigues Mario?

Un silencio, antes de su respuesta.

-Yo solo me preguntaba si sería capaz de encontrar un lugar de tal belleza, repleta de naturaleza y fauna. Un río, donde lo único que sé, es que quiero bañarme en sus aguas.

La diferencia entre el ser y el ser humano.

Unión

Volver a unir el pasado, volver a vivir en la tierra de los olivos, donde nada es como creía aquel que pensaba en los frutos de los árboles. Volver a pisar las praderas, esas campas repletas de colorido, de sabores intensos.

Volver a sentir el flujo de sentimientos, recordando tiempos pasados. Esos tiempos que yo añoro con tal pasión que no pasa un solo amanecer en el que no los recuerde. Esos tiempos lejanos en el tiempo, pero a la vez cercanos en el afecto.

¡Oh de aquellos seres habitantes del presente que sin cesar buscan un futuro omitiendo el pasado!

martes, 15 de diciembre de 2009

Un sol en el cielo

Ando dando vueltas en torno a un círculo del cual se que es más que posible escapar. Es más, levanto la cabeza y veo las salidas. Es esa indecisión de elegir la puerta correcta es la que me corroe por dentro y por fuera.

Pido una muestra, una lagrima, un canto, un lloro. Pido que el agua del que bebo se convierta en vino para que los dos podamos beber sin reparo alguno. Acudir, cada día, a esa fuente de inspiración divina en la que te quiero convertir, en la que te quieres convertir.

¡Si fuera tan agraciado de escribir con tu tinta mis pesadillas acabarían en un amanecer!

Desconozco mi suerte. Vosotros la consideráis capacidad de engendrar o instinto de los fines. Yo sé que eres tú.

Un día más

Observando el mundo desde mi habitación paso los días del año, intentando no dejar escapar ningún movimiento. Giro y viro mi cabeza, más siempre dejo de lado por descuido ese soplido que me intentas hacer llegar.

Quiero que entres al lugar donde jamás me he atrevido a entrar. Descubrir que es lo que se esconde tras ese muro de palabrería y de falsa inocencia, allí donde acaba la sombra de la cortina tras la que habitamos, siendo una sola persona. Una sola alma fusionada junto a la eternidad, unida al deseo del vivir, repleta de manatiales inagotables, de rayos de luz provenientes de tu mirada.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Recuerda

Si soy un guerrero, que lucha por traer la luz ha esta maldad.

Si soy un guerrero, intentando acabar con las sombras del vivir.

Si soy un guerrero, ¿dónde está mi lucha?

Es el alma quien tiene que sobreponerse a la carne, en un intento de recordar nuestras raíces. Si nada más que polvo es mi figura, si nada más que de ello fui creado, es necesidad agarrarme a ti con el puño cerrado y la cabeza bien alta. Seguimos siendo los hijos de nuestros antecesores, hijos del fruto de la vida eterna.

martes, 1 de diciembre de 2009

Diferente

Las ascuas le atraían de una manera sin igual. Era algo que le empujaba a cometer acciones que, simplemente, escapan a la metodología implantada por los sabios maestros que le habían guiado durante su juventud. Llegó el momento de empezar a descubrir el movimiento circular de los manjares más exquisitos, esos de los que los impacientes y los ineptos reniegan, puesto que jamás llegarán a ser partícipes de un sentimiento igual.

Dejó de mirar hacía el camino, descubriendo cual era senda, con paso firme, pero no del agrado de los arquitectos. Esa era la virtud que escondía.

Indecisión

Su vuelta estaba más que prohibida o denegada, era algo totalmente imposible, muy lejos de los alcances de la simple mirada de cualquiera de nosotros. Sin duda su fuego le había trasmitido sus impresiones, más aun en su interior, lugar en donde pocos habían conseguido entrar con tal facilidad.

Es la indecisión de no saber estar actuando del modo correcto, o mejor explicado, de la manera esperada por todos. Ya es tarde para pensar en esos sinsentidos, es la época del amanecer quien debe guiarle por las selvas de la imprudencia.